cuando hayan perdido la capacidad de sorprenderse
y mirar el mundo con ojos nuevos cada día... visiten el circo,
y piérdanse una tarde en su mundo-ensueño.
Realidad e Ilusión
se diluyen en su carpa,
donde lo imposible deja de serlo
en cada actuación.
Música, aplausos, risas, entusiasmo, emoción, sorpresa...
Vivir una tarde de circo es un torbellino de emociones.
tu colorida alma de niñ@.
A partir de entonces,
estará en tus manos conservarla.
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